domingo, 21 de noviembre de 2010

De futbol mexicano y otros demonios

Mi juicio crítico no me permite ser muy aficionado a nada. El fanatismo es algo que no conozco. Hablando de futbol, me llegó muy tarde el gusto, soy de Sonora y en mis épocas infantiles, el futbol no era muy popular. Mis equipos favoritos eran los Yaquis de Ciudad Obregón, los Piratas de Pittsburg, Los Broncos de Denver y los Bulls de Chicago.

Las circunstancias de mi vida me llevaron a Guadalajara. Como es obvio, la mayoría de mis amigos preferían a Las Chivas por sobre cualquier equipo, aprendí a que me gustara el futbol y más por una necesidad de adaptación, empecé mi afición a las entonces Súper Chivas.

Las Súper Chivas resultaron ser un fracaso esa temporada. Pero esa no fue la razón por la que me salí del rebaño. De una manera inconsciente o llámenle como quieran, siempre me gustan las cosas que a la mayoría no, me sentía incomodo siendo parte del montón. En ese tiempo el Cruz Azul tenía un gran equipo, Hermosillo, Adomaitis, Reynoso, Castañeda, jugaban espectacular y me aficioné por la máquina de coser…digo, cementera.

De aquel entonces para acá las cosas han cambiado mucho. Ahora el futbol es una pasión que solo dejo unos meses cada cuatro años, después del Mundial termino asqueado con los fracasos y los malos manejos del futbol mexicano y me tomo un descanso de aproximadamente 6 meses, aunque los tiempos pueden variar.

Ahora mismo estoy saliendo de esa etapa para encontrarme una versión más de un Cruz Azul sin alma, sin güevos y sin personalidad. Un superlíder de nada que quedó eliminado a la primera, como mucho otros superlideres han quedado. Lo peor es que sabía que eso iba a pasar, para prueba está el texto que escribí anterior a este.

En mis primeros años como aficionado al futbol mexicano, me preguntaba porqué los jugadores mexicanos no se iban a Europa, si eran realmente buenos. Después me lamentaba porqué creía lo que los medios decían: hay mucha calidad en México, pero los equipos europeos no se fijan en los futbolistas mexicanos. Ahora mi pregunta es ¿Cómo es que una liga tan jodida puede seguir existiendo y generando tanto dinero?

La respuesta es obvia y no quiero insultar al aficionado promedio que pueda leer esto, por eso no voy a escribirla.

La liga mexicana es un surte de liga en cámara lenta, los juegos parecen ser una parodia de las mejores ligas del mundo, los jugadores extranjeros son lo que les sobra a otras ligas (salvo dos o tres) y los jugadores mexicanos están muy cómodos aquí sin esforzarse y ganándose un jugoso sueldo.
Hay algunos jugadores que aspiran a más, ejemplos como el de Gerardo Torrado o Rafa Márquez o Carlos Salcido, deberían ser reproducidos a montones.

Sí, Gerardo Torrado no pudo en España, pero lo intentó, se pasó 5 años tratando de encontrar acomodo. Contrario al caso de Omar Bravo, que a la primera oportunidad, hizo berrinche, culpó de su fracaso al entrenador y su cerebrito no le dio para pensar que al que le hacía falta nivel y el que se tenía que esforzar para mejorar era él.

Omares Bravo hay muchos. Les recuerdo al "Kikin" Fonseca, Manuel Vidrio, Carlos Ochoa y sí, también Jared Borguetti como homólogos del ex-delantero de las Chivas. Aunque no todos pueden ser juzgados con la misma vara.

Tampoco los culpo, debe ser dificilísimo adaptarse a un futbol competitivo después de jugar contra gente que pone la mitad de su esfuerzo en la cancha.

Para nuestra buena suerte, los jugadores que se han ido al extranjero a jugar últimamente, se han ido muy jóvenes. Me refiero específicamente al Chicharito y a Héctor Moreno, por ahí también Efraín Juárez y Barrera, que todavía pueden soltar todos los vicios que hay en la liga mexicana de futbol y adaptarse a la competencia que existe donde se encuentra el mejor futbol del Mundo.

También, por suerte para ellos, su futuro como jugadores no depende de los caprichos de los grupos de poder que hay en México. Una vez teniendo éxito en Europa, poco pueden influenciarles las estupideces de los directivos mexicanos, a menos que sea en la selección, como ya pasó con el “escándalo” de la fiesta de Monterrey.

Aunque la selección ya no significa mucho. Es una puta de los directivos y los medios, no me extrañaría que los mejores jugadores mexicanos, prefieran mantener su dignidad, antes que asistir a una convocatoria y tampoco los culparía. De hecho, me parece que sería un buen acicate para la FEMEXFUT, Televisa, Tvazteca y todos los que se han embarrado en la selección mexicana.

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